¿Fuiste a una reunión de trabajo y en el pasillo del edificio te cruzaste con el “decisor”? ¿Estabas en un cumpleaños y justo te presentan a un importante directivo de la empresa para la que siempre quisiste trabajar? ¿Estás tomando un café y ves en la mesa de enfrente a esa persona que tanto admiras?
¿Todas estas situaciones podrían transformarse en una oportunidad? ¡Claro que sí! Pero muchas veces no estamos preparados, y la perdemos.
Definamos “Oportunidad”
Antes de seguir, pongámonos de acuerdo en que, OPORTUNIDAD, hace referencia a lo conveniente de un contexto y a la confluencia de un espacio y un periodo temporal apropiado para obtener un provecho o cumplir un objetivo. Las oportunidades, por lo tanto, son los instantes o plazos que resultan propicios para realizar una acción.
“LOS PLANETAS SE ALINEARON” A NUESTRO FAVOR. ¡APROVECHÉMOSLO!
De las situaciones descriptas en el primer párrafo: ¿alguna te pasó? A mi sí me pasó, y quiero contarte mi experiencia de la que aprendí muchísimo.
Mi experiencia personal
Hace años un amigo me pidió que lo acompañara a la tele a un concurso de juegos para el cual había sido seleccionado como participante. Mientras lo esperaba, veo al Director de Contenidos que caminaba de aquí para allá por todo el piso supervisando el desarrollo del programa. Era una persona muy conocida en el medio y yo quería trabajar como periodista en la tele, ¡esa era mi gran oportunidad! Cuando lo vi, se me paró el corazón, y visualicé estrellitas por todos lados. Era mi futuro soñado y yo, ¡ya era la estrella principal del noticiero!
Pero para que eso sucediera, tenía que caminar hasta donde él estaba y hablarle. Automáticamente, las estrellas se convirtieron en nieve y me quedé frizada: ¿qué le voy a decir? Todo lo que se me ocurría en ese momento no me parecía “inteligente” ni claro.
Mis sueños se desvanecieron y después una gran culpa me persiguió durante meses por no haber aprovechado esa gran oportunidad.
¿Qué me hubiese dado confianza para hablarle?: TENER ALGO PREPARADO, un pequeño discurso para romper esa barrera limitante que se había levantado ante mi.
7 Tips para que puedas sortear una oportunidad inesperada con seguridad
Si un día te encontrás con la persona que creés que te podría ayudar en tus objetivos, darte trabajo, una recomendación o un consejo, te dejo 7 consejos para que te animes, herramientas que claramente yo no tuve en aquel momento.
1- OBJETIVO. Primero tienes que preguntarte qué querés lograr: ¿Una entrevista? ¿Solo contactar? ¿Venderle tu proyecto? ¿Hacerte conocer? ¿Un inversor?
2- PRODUCTO O SERVICIO OFRECIDO. Tener en claro qué ofrecés y para qué sirve lo que hacés. ¿Soluciona algún problema? ¿Qué lo diferencia del resto? ¿Es original? ¿Por qué deberían comprarte/contratarte? ¿Para qué sirve? ¿Qué podés hacer?
3- HISTORIA. ¿Cuál es tu historia o la de tu producto o servicio? ¿Cómo empezaste? ¿Para qué lo pensaste? ¿Querías cambiar el mundo?
4- MOTIVACIÓN. ¿Qué te mueve? ¿A qué aspirás? ¿Qué estarías dispuesto a hacer para alcanzar tu objetivo? ¿Cómo te sentís cuando hacés lo que hacés?
5- ¿QUÉ QUIERO? Tenés que decir claramente tu objetivo, sin ambigüedades, por ejemplo: “Quiero una entrevista de trabajo”.
6- DATO DE CONTACTO. Es importante que no te vayas con las manos vacías. Tenés que cerrar ese contacto inicial que hiciste, pedir un teléfono, un e-mail, su tarjeta de negocios (no la Visa, ni la Master! 😉😃).
7- ACCIÓN. Lo ideal sería que no solo te lleves sus datos, sino que logres irte con una reunión pautada, y si no lograste ese cierre, preguntarle cuándo podés contactarlo para una entrevista, qué día, qué horario y qué medio prefiere.
Como bonus, te dejo 2 tips más:
– SONREIR. Nada es tan fuerte como una sonrisa para iniciar y para cerrar una conversación.
– CONVICCIÓN. Te sostiene, te da fuerzas y es una energía muy fuerte que se transmite al otro, ¡usala!
Mi revancha (volví más preparada)
Después de lo que me pasó, empecé a pensar, y como ya les comenté, la barrera más grande que había tenido en ese momento, es que no supe exactamente qué decir y fue eso lo que me paralizó.
Dos años después, trabajando en una exposición sobre Tarjetas inteligentes y biométricos, veo a un señor que miraba lo mismo que yo. Miro su acreditación y decía: Simón Pristupin, Editor de Tecnología del Diario Perfil. Inmediatamente le hablé siguiendo mis tips. ¿Y saben qué? ¡Obtuve el trabajo!: me convertí en periodista de tecnología del suplemento dominical Tekne en el año 1998, en un diario que estaba por salir a la luz.
Al final no era tan difícil, pero sí fue importante tener algo que decir y saber cómo decirlo.
Excelente, muy real, aplicado a situaciones que nos toca vivir. Muy clara👏👏👏👏
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Qué bueno que te haya servido. Gracias por el comentario 😁
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